Desde que comencé el proceso para venir a Estados Unidos, deseé con que llegara el día de celebrar Acción de Gracias. Hoy, por fin, llegó ese día, aunque hubiera preferido que el tiempo pasara más lentamente. Con la tontería ya son tres meses los que llevo aquí.
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The First Thanksgiving at Plymouth por Jennie A. Brownscombe (1914). | | |
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Una bonita celebración con mis tíos y su familia. |
Acción de Gracias es una de las festividades más importantes en Estados Unidos (para algunas familias incluso más que Navidad); no obstante, antes de explicaros cómo ha ido este día, haré un breve recorrido histórico sobre los orígenes de esta festividad.
La celebración del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day) tiene su origen en la región de Nueva Inglaterra, territorio que actualmente corresponde a los estados de Massachusetts, Maine, Vermont, Connectiuct, Rhode Island y New Hampshire, donde llegaron los primeros colonos británicos a bordo del Mayflower en el año 1620. Y allí fue, concretamente en Massachusetts, donde fundaron la ciudad de Plymouth. Sin embargo, la colonia era grande y no tenían los suficientes recursos para alimentar a todos los miembros, por lo que muchos de ellos murieron debido al hambre o a las enfermedades. Solamente unos pocos de ellos lograron sobrevivir gracias a la inestimable ayuda de los nativos americanos, quienes los ayudaron a sembrar maíz y a pescar, entre otras cosas. Por esta razón, en agradecimiento por las buenas cosechas, decidieron celebrar al año siguiente (1621) esta festividad.
La festividad en sí comenzó el miércoles, ya que ésta cubre un puente de cinco días, por lo que I'm really thankful for having five wonderful days to do nothing. Esto vendría a significar que "doy gracias por tener cinco maravillosos días para no hacer nada". El miércoles por la noche celebré una cena especial con mi host family a la que también acudieron los padres de mi madre de acogida. Esta cena es un preludio del montón de comida que te vas a meter al día siguiente, pero está chulo celebrarlo porque es algo nuevo para mí después de verlo tantas veces por TV, en películas o series.
Así las cosas, este primer día cenamos una sopa hecha de brócoli y
queso, que parece extraño pero estaba buena, y una ensaladita. Todo muy healthy hasta que vino lo realmente típico de esta celebración: el pastel de manzana, a lo American Pie,
el pastel de calabaza, uno de los platos estrella de Acción de Gracias,
y otro pastel de nueces. El pastel de manzana iba acompañado con helado de vainilla y el de calabaza con whipped cream, o lo que es lo mismo, nata montada. No es que me apasionen los dulces y los
pasteles. Ni siquiera me gustan, pero no podía negarme a probarlos en
tan señaladas fechas para contarlo luego aquí. Eso sí, para vosotros, golosos cabrones, hubiera sido el cielo. Después de cenar, es
típico jugar a algún juego toda la familia, así que echamos unas
partidas a las cartas.
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La cenita preludio. |
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En primer plano, el pastel de manzana. Atrás, el pastel de calabaza (der) y el de nueces (izq). |
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Con esta bomba calórica, ya puedo ir a correr 50 millas. |
Pero como ya he dicho, el miércoles fue la crónica de un jueves maravilloso. Hacia las 15:00 de la tarde, fui recogido en casa por mis "tíos" para ir a celebrar el Thanksgiving como Dios manda a casa de la hermana de mi "tía" en St. Paul, que, como recordaremos, es la capital de Minnesota. Antes de comenzar a cenar, que fue sobre las 18:00 de la tarde, echamos un partidito de fútbol en un parque delante de casa, aunque yo tenía la mente en la cena. Llegué a la conclusión de que para los estadounidenses es una de las celebraciones más importantes, mientras que a los españoles que no están en Estados Unidos les importa un comino. En cambio, dudo que para millones de pavos sea una celebración. Aunque bueno, ellos son ajenos a que están siendo cebados cada año para acabar eviscerados, que luego un pervertido les va a meter la mano por el culo repetidas veces para rellenarlos de otros ingredientes, despellejados, asados en el horno a temperaturas infernales, descuartizados y troceados y, finalmente, devorados para luego ser cagados. Así es la vida.
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Partidito de soccer con la familia. |
Desafortunadamente, me perdí dos cosas: tomar una fotografía del pavo todavía sin ser troceado y rezar alguna oración, cosa que me hubiera hecho ilusión. No obstante, la cena fue deliciosa. Devoré el pavo como un muerto de hambre, ya que era una fuente inagotable de proteínas, y lo acompañé con todo lo típico: ensalada de manzana y queso, zanahorias cocidas, pastel de verduras, puré de patatas (mashed potatoes), puré de calabaza, squash (que es una especie de acompañamiento hecho a base de pan y especias), salsa de arándanos y una salsa llamada gravy que acompaña el pavo, las patatas y el pan éste. Y para beber, unas buenas botellitas de vino tinto. De postre, como era obvio, hubo pastel de calabaza. Me puse tibio, tibio a comida... ¡Ahora mismo ya puedo decir que por fin he celebrado un Acción de Gracias!
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Pavo horneado y despedazado. |
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El pavo y el arma del crimen. |
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Los sides o complementos que acompañan al pavo. |
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Plato final. Para adentro se ha dicho. |
Después de eso, sacamos algunas botellitas de alcohol. Echaba de menos la ginebra después de tres meses sin beberla, así que no pude resistirme a meterme un cubata de Beefeater con Coca-Cola. Me sentó divino.
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El alcohol también tiene un tamaño proporcional con las medidas de todo en este país: 1,75 L. |
Esto es lo que ha dado de sí Acción de Gracias. Posiblemente, muy pronto escriba otra entrada siguiendo a esta para comentar mi primer partido de NHL, que es mañana. Un apasionante Minnesota Wild vs. Colorado Avalanche.