Con mi reciente viaje a
Texas, descubrí dos cosas: primero, Texas se gobierna sola. Segunda, hay que
decir ¡yiiiiiijaaaaa! al final de
cada frase. Por ejemplo, “¿qué hora es? Las 16:30, ¡yiiiiiiijaaaaa!
La primera parada que
hice fue en la ciudad de Fort Worth, la ciudad “donde empieza el oeste”. La
historia de esta ciudad se remonta al año 1849, después de la guerra
México-Estados Unidos (1846-1848), cuando se construyó un fuerte llamado Camp
Worth en honor al general William J. Worth. Hoy en día, es una ciudad de casi
mil kilómetros cuadrados, pero mi día se llevó a cabo básicamente por el
distrito histórico de Stockyards, zona que parece que te teletransporta al
siglo XIX.
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Entrada al Stockyards |
Para empezar, vi un
desfile de toros de la raza Longhorn
Texas guiados por cowboys. Estos toros se caracterizan, además de su
inusual y larga cornamenta, por gastar una soberana paciencia y temple, por lo
que no es necesario proteger con vallas a las personas reunidas allí. The Fort Worth Cattle Drive, que es como
se conoce en inglés, es uno de los iconos de la ciudad y se lleva a cabo dos
veces al día a las 11:30 y a las 16:00.
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Desfile de toros Longhorn Texas. |
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Cattle Drive. |
A continuación, seguí
paseando por la calle principal, Exchange St. La presencia de coches y calles
adoquinadas hacía que se perdiera un poco esa magia del oeste, pero tampoco
parecía que estuviéramos en 2014, pues había más personas vestidas de cowboy
que de normal. Los bares, asimismo, parecían anclados en el pasado, pues eran
los típicos saloons de madera de las
películas del oeste. Parecía que en cualquier momento, un forajido iba a
irrumpir en el interior de uno de ellos con dos revólveres para batirse en
duelo. Y qué decir de sus decoraciones: sombreros, cabezas de ganado, calaveras
de animales, etc.
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En este saloon se grababa la serie Walker: Texas Ranger. |
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Como en el siglo pasado. |
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Aquí la gente lleva estos coches y motos. |
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Y si querías, podías comprar esto. |
A las 15:00, después de
estar una hora mirando tiendecitas de souvenirs, me fui para la estación de
Stockyards para montarme en un antiguo tren de principios del siglo pasado que
bien me podría haber ahorrado… una hora perdida que podría haber aprovechado en
visitar otras cosas de interés. Simplemente era una vuelta por la zona del río Trinity, pero a una velocidad que bien fácilmente habría superado yo corriendo.
Al final de la tarde,
después de engullir un solomillo a toda prisa, me dirigí al Cowtown Coliseum para ver lo que más ganas tenía: un rodeo. Tenía
ya mi entrada anticipada desde hacía un mes. Allí me deleité viendo cowboys a
lomos de toros y caballos broncos que daban unos brincos que parecía que
estaban más locos que una regadera. Difícilmente aguantaban más de ocho
segundos sin ser catapultados al suelo. Después, hubo pruebas de derribe de
novillo y lazo sencillo. Esta última prueba consistía en atrapar al novillo con
el lazo, tumbarlo en el suelo con las manos y atar tres de sus patas con una
cuerda.
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Prueba de lazo simple.
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El objetivo era aguantar ocho segundos sobre el toro. |
Al final de la noche,
decidí ir a un par de bares a tomar algo y ver si tenía suerte y conocía a
alguna vaquerita. El primer bar al que fui a beber es el famoso White Elephant
Saloon, famoso por salir en la serie Walker: Texas Ranger bajo el nombre de
“CD’s”. Yo, por si acaso, me vestí para la ocasión como un redneck, lo que vendría a ser un pueblerino: gorra, camisa a
cuadros abierta, camiseta interior y un palillo en la boca. Eso último que no
falte. Desafortunadamente, ahogué las penas solo, bebiendo cerveza y hablando
con la camarera en la barra. Como no tenía ganas de empezar una pelea con
botellas rotas y palos de billar ni de batirme en duelo con nadie, decidí
cambiar de bar. Me llamó la atención uno que tenía un cartel luminoso que
rezaba algo así como “the most rated bar
to meet singles”, es decir, “el más votado para conocer solteros/as”.
Solamente me habló la chica de la entrada para cobrarme cinco dólares y ver mi
documento de identidad… Pensé en reclamar mis cinco dólares por estafadores,
pero, como digo, no tenía ganas de salir a la calle, dar cinco pasos de
espaldas, girarme rápidamente y disparar mi revólver a mi rival antes que él a
mí. "Pistolas y al amanecer" era la frase que más temía.
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White Elephant Saloon, llamado CD's en Walker: Texas Ranger. |
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Convertido en un redneck. |
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Decoración del White Elephant Saloon. |
Al día siguiente, me
dirigí a Dallas, que a fin de cuentas era el motivo principal de mi viaje a
Texas. Dallas no es una ciudad turística. De hecho, se parece más a Minneapolis
que a Nueva York, pero mi único interés era ver dónde habían asesinado al
presidente John Fitzgerald Kennedy (de ahora en adelante JFK). Así pues, tras
bajarme del autobús que me traía desde Fort Worth, visité el Memorial a JFK y
Dealey Plaza, el lugar donde fue tiroteado en 1963.
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Memorial a JFK. |
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Memorial a JFK. |
En efecto, a las 11:40
de la mañana del 22 de noviembre de 1963, el Air Force One aterrizó en el
aeropuerto de Dallas-Love Field. La visita de JFK a
Dallas, un bastión republicano, y, por lo tanto, abiertamente hostil a JFK, era
parte de su gira electoral para ser reelegido presidente en 1964. Tras
abandonar el aeropuerto, la comitiva presidencial se dirigió a Dallas. Entraron
en Plaza Dealey por la calle Houston. En ese momento, hubo que reducir la
velocidad para girar por la calle Elm. Justo delante quedaba el edificio del Texas School Book Depository, el Almacén
de los Libros Escolares de Texas. En ese momento, Lee Harvey Oswald,
supuestamente, disparó tres veces desde el sexto piso del edificio. El primer
disparo, desviado por un árbol, rebotó en el suelo; el segundo, atravesó la
garganta de Kennedy; el tercero, impactó de lleno en su cabeza. Eran las 12:30
de la mañana.
Así las cosas, visitar
la zona fue algo emocionante, pues estuve en uno de los lugares más importantes
y famosos de la historia de Estados Unidos. Además de ver Plaza Dealey y sus
alrededores, también pude contemplar las dos cruces blancas en la carretera que
señalan los dos disparos que recibió el presidente (el segundo y el tercero) y visitar el Museo del Sexto
Piso (Sixth Floor Museum) para ver el
rincón desde el que, supuestamente, Oswald disparó.
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Texas School Book Depository. Desde la ventana cuadrada en el extremo derecho del sexto piso, Oswald, supuestamente, disparó a JFK. |
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Más o menos, esta fue la visión que tuvo Lee Harvey Oswald antes de disparar a JFK. |
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Hay dos cruces en la carretera que marcan el punto donde fue disparado JFK. Esta es el tercer disparo. |
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Cruz del segundo disparo. |
Además de Dealey Plaza
y el museo, también tuve tiempo para ir a ver Pioneer Plaza, curioso parque
adornado con 70 toros de metal que nos recuerdan que en el siglo XIX aquella
zona era un camino de tierra para transportar ganado por todo el país. Tras
comer en un restaurante mexicano y entablar conversación con una de sus guapas
camareras, visité la tienda Wild’s Bill Western Store, una tienda llena de
botas y sombreros de cowboy, y fui a reunirme con tres amigas para pasar una
tarde-noche que tardaré años en olvidar. La tarde comenzó suavecita, probando
cervezas texanas, pero a medida que avanzaba la noche, también la bebida fue
subiendo. Más cervezas, algunos chupitos de no recuerdo qué, algunos tequila sunrise, un combinado de
tequila, zumo de naranja y granadina, y otro combinado (que creo que es el que
me mató) de whisky con chocolate llamado “yoohoo yiiiihaaaaaaa!”. No explicaré
cómo acabé. Cada uno es libre de pensar lo que quiera.
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Pioneer Plaza. |
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Wild's Bill Western Store. |
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Aquí empezó algo bueno, en el Truckyard. |
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Yohoooo Yihhaaaaaaa!! |
Al día siguiente, sin
resaca pero con el efecto del alcohol todavía en mi organismo, pues eran las 6
de la mañana, tuve que tomar otro autobús a San Antonio. Estaba tan preocupado
por hacer el viaje lo más llevadero posible que, cuando me senté en mi asiento,
me acomodé de tal manera que no me mareara y me quedé inmóvil durante las cinco
horas de viaje. Un simple movimiento hacía que la cabeza me diera vueltas.
Y si Fort Worth,
principalmente, y Dallas, en menor medidas, son las puertas al lejano oeste,
San Antonio representa la cultura latina, en especial la mexicana. Es una
ciudad donde no necesité el inglés para sobrevivir, pues el 60% de la población
es hispana. La superpoblación latina e hispana del sur de Estados Unidos tiene
una fácil explicación que pasa por El Álamo.
Ciertamente, gran parte
de la culpa de esta influencia latina que tiene Texas y otras
partes del sur de Estados Unidos se debe a que, hasta hace menos de 200 años,
esta región formaba parte de México y, por extensión de España. Históricamente,
México se independizó de España en 1821. Su territorio, en aquel entonces,
incluía grandes partes de las actuales California, Nuevo México, Arizona, Texas,
Colorado, Utah y Nevada. No obstante, Texas se rebeló contra el gobierno
mexicano en el año 1836 y, tras la batalla de El Álamo (San Antonio), se
independizó bajo el nombre de República de Texas. Esta independencia solamente
duraría nueve años, pues en 1845 Texas fue incorporada a Estados Unidos. Por su
parte, Arizona y Nuevo México, así como los otros estados, serían anexionados
en 1848 tras la invasión estadounidense o guerra México-Estados Unidos. De ahí viene que un
gran número de localidades estadounidenses tengan un altísimo tanto por ciento
de población hispana, por ejemplo Los Ángeles (49%), Houston (44%), Phoenix
(43%), Dallas (43%), Tucson (41%), San Antonio (61%), Santa Ana (78%), Salinas
(75%), Corpus Christi (60%), El Paso (80%), Brownsville (93%) o Laredo (95%).
No recuerdo mucho sobre
mi llegada a San Antonio, solamente que me quedé dormido hasta las seis de la
tarde. ¡Y qué bien me sentó! De todas formas, tampoco necesitaba todo el tiempo
del mundo para visitar San Antonio, pues, pese a ser una ciudad de dimensiones
titánicas, la zona turística del centro es de un tamaño más bien reducido,
aunque tiene sitios realmente increíbles e interesantes.
Primero de todo, y lo
que más me gustó por la fuerte carga histórica que tiene, fue, sin duda, El
Álamo. Como ya dije, la batalla de El Álamo fue clave en la Revolución de
Texas, pues los rebeldes texanos vencieron al ejército mexicano y lograron su
ansiada independencia hasta que, nueve años más tardes, fueron anexionados a
Estados Unidos.
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Parte de la historia de Estados Unidos pasa por El Álamo. |
De este ir y venir,
surgió el lema de las “Seis banderas sobre Texas”, del inglés “Six flags over Texas”. La primera
bandera que ondeó en el territorio perteneció a la Corona de Castilla, ya que
México formaba parte de España. La segunda, representa la monarquía francesa,
país que tuvo una efímera presencia en la zona entre 1684 y 1688. La tercera bandera es la
mexicana, pues Texas, como ya os he dicho, formó parte de México. Tras la creación de la República de Texas en 1836, se adoptó la cuarta
bandera, la Lone Star Flag, es decir,
la bandera de la Estrella Solitaria (y que actualmente es la bandera oficial
del estado). La quinta bandera en discordia, adoptada durante la Guerra Civil
(1861-1865), fue la bandera de los Estados Confederados de América. Tras la
rendición de la Confederación en 1865, los estados independizados se unieron de
nuevo a Estados Unidos, por lo que la sexta, y última, bandera es la bandera
actual de los Estados Unidos.
Además de El Álamo, que
me ha cubierto toda esta explicación, también me di una vuelta por el bonito Riverwalk, un paseo a los pies del río
San Antonio lleno de vegetación, tiendas, bares y restaurantes, La Villita de
San Antonio, una especie de mini-pueblo de dos manzanas lleno de galerías de
arte, la catedral de San Fernando, The Spanish Governor’s Palace (la casa del
gobernador de España), de estilo extremeño, y el mercado mexicano, otras dos
manzanas llenas de tiendas de ambientación mexicana.
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Paseo del Río. |
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La Villita de San Antonio. |
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Catedral de San Fernando. |
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La casa del gobernador español. |
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El Mercado. |
Finalmente, y para
acabar mi tour por Texas, visité Austin. Austin fue, con diferencia, la ciudad
que menos me gustó, debido a que no tiene influencia del oeste ni se ve de
ambientación hispana. Es una mezcla cultural, es más internacional. Y tampoco
tengo mucho que explicar.
Lo primero que vi, por
fuera, fue el Bullock Texas State Museum,
el cual tenía, de nuevo, las seis banderas de Texas ondeando en su fachada. Se
supone que es un museo de historia, seguramente interesante, pero no me molesté
en entrar. Andando hacia el sur, desemboqué en el Capitolio, ya que Austin es
la capital de Texas. Muy bonito, parecido al Capitolio de Washington, pero de
color rosado, marrón o rojo. Algo así. Muy cerca del Capitolio, en 1010
Colorado Street, vi la casa del gobernador de Texas, pero no a él. Me estuve
pensando un rato entrar o no en lo que parecía un callejón con una fuerte
presencia policial, pero también pensé que holgazanear por los alrededores, sin
hacer nada, arriba y abajo, mirando fijamente podría levantar extrañas
sospechas (loitering está prohibido
en muchas partes de Estados Unidos), así que me decidí y me colé en el callejón
y okay, ningún policía me dijo nada.
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Las seis banderas de Texas ondeando frente al Bullock Texas State Museum. |
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Capitolo de Austin. |
Así las cosas, llegué a
Congress Street, una de las calles principales para recorrérmela de arriba
abajo, desde el principio hasta el final en la calle 1st Street. También tenía
interés en pasearme por la calle Sexta, la cual será muy famosa, pero estaba
llena de vagabundos y de bares de dudosa higiene. No sé, curioso y punto.
Aparte de ver un muro lleno de grafitis, porque no tenía nada que hacer, seguí
holgazaneando por la zona hasta que anocheció. Para el ocaso, volví hasta la
1st Street y crucé un famoso puente (famoso en Austin), del que cada día salen
un millón y medio de murciélagos. El puente estaba lleno de gente con la misma intención que yo y, bueno, era algo curioso de ver porque tampoco tenía nada más interesante que hacer.
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Bares de la 6th Street. |
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Tenía mucho tiempo para perder, así que vi una pared llena de grafitis. |
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Gente acumulada en el puente para ver el millón y medio de murciélagos. |
Y hasta aquí mi viaje a Texas. Al día siguiente, simplemente me di otra vuelta por San Antonio y volé de vuelta a Minneapolis. En próximas entradas, mi viaje a Dakota del Sur y la segunda parte de mi viaje a Las Vegas y California, que la tengo pendiente.