domingo, 25 de agosto de 2013

Sweet Home Minnesota



Sweet Home Minnesota. Éste sería el nombre de la famosa canción de Lynyrd Skynyrd si en su lugar no hubieran elegido el estado de Alabama. El viernes 23 de agosto pisé, por fin, suelo estadounidense dando por finalizado un largo proceso en el que he estado inmerso desde octubre para obtener mi deseado visado americano. 

Mi vuelo hacia EEUU no estuvo exento de intranquilidades, es más, se puede decir que sufrí unas cuantas horas. Había quedado en el aeropuerto de Amsterdam con tres compañeras que volaban desde Madrid para ir los cuatro juntos hasta Minneapolis, pero, ya de inicio, mi avión desde Barcelona llegó con un retraso de 45 minutos, así que tuve que correr por los intrincados pasillos de un aeropuerto en el que nunca había estado para encontrar la puerta de embarque a Minneapolis. A continuación, si ya iba justo de tiempo, un oficial me sometió a un exhaustivo interrogatorio. Luego, hubo un error en mi billete y, finalmente, para colmo, no encontré a las tres chicas en la sala de espera. No obstante, no podía esperar más y tuve que embarcar. No verlas me puso bastante nervioso. Para más inri, en la pantalla de embarque no aparecía mi vuelo (KL6065), sino un tal DL0265, pero me metí dentro igualmente porque el destino y la hora de llegada eran los mismos. En el avión, obviamente, seguí sin localizarlas. Supuse que iba a acabar en Bangkok y mi maleta en el Polo Norte. A mi llegada a Minneapolis me enteré de que su vuelo había sido cancelado.

Una vez llegué al aeropuerto de Minneapolis-Saint Paul, tuve que pasar otro control policial. Yo ya estaba bastante hasta las narices de todo, pero un agente revisó mi pasaporte y mis papeles, intercambió unas palabras con otro oficial y, amablemente, me condujo a un cuartillo apartado. Allí me hicieron una serie de preguntas (las mismas que en Amsterdam y en la embajada), pero por suerte nadie se puso un guante blanco para inspeccionarme el recto; de lo contrario, habría huido corriendo para coger el primer vuelo a cualquier lugar. Yo seguía sufriendo por mi maleta, porque no la había logrado localizar con la mirada. Finalmente, estaba allí, en la cinta transportadora, y la abracé como una madre abraza a su hijo militar instantes antes de partir hacia la guerra (esto es fantasía). En esos momentos, perdí 10 kg. de peso, aliviado por completo.

Las calles son como en las pelis: avenidas anchas, jardines delanteros, etc.
En estos primeros dos días, ha habido bastantes cosas que me han sorprendido de los Estados Unidos. Si el invierno destaca por sus bajísimas temperaturas, en verano se reciben olas de calor procedentes del infierno. Ahora mismo estamos a 98ºF (37ºC), pero durante los próximos días se pueden alcanzar los 110ºF (43ºC). Este clima es una locura. De todas maneras, parece que este calor no va con las personas, ya que te encuentras a personajes corriendo, patinando o yendo en bicicleta a las 16:00 de la tarde bajo un sol abrasador. Sí, aunque se tenga esa idea de los estadounidenses, en Minnesota, por lo menos, la gente es muy consciente sobre la idea de llevar una vida saludable y se practica muchísimo deporte: puedes ver carriles perfectamente adaptados para bicis y corredores de varios kilómetros de longitud y que atraviesan ciudades enteras. No, y tampoco se desayunan huevos fritos con bacon. Yo, personalmente, he tenido la suerte de poder desayunar avena con claras de huevo y comer y cenar otras cosas saludables como pasta, vegetales, ensaladas, carne, etc.

Cena saludable: pollo a la parrilla, cebolla, mazorcas de maíz (típicas), ensaladitas, sandía, etc.
El estado de Minnesota también destaca por su fuerte ley contra la venta de alcohol a los menores de edad (21 años). Para beber alcohol necesitas tener más de 21 años y disponer de una identificación estatal (Yair, vaig pensar en tu, jajajajaja), y no sirve de nada que seas un viejo de 80 años con el pelo blanco y arrugas en la cara. Si no tienes ID, no bebes. Si no eres estadounidense, puedes demostrar tu edad usando el pasaporte u obteniendo dicha ID, pero de poco sirve tu DNI español o de cualquier otro país. Tuvimos que deambular el primer día por cuatro bares distintos hasta que unos afables mexicanos nos sirvieron una cerveza. De ahora en adelante, tendré que salir con el pasaporte en el bolsillo hasta que obtenga mi American ID.

Feeling like a Mexican in Minnesota.
 Hay más cosas, pero no me enrollaré más. Ya seguiré explicando cosillas.

5 comentarios:

  1. Pinta genial todo lo q explicas..salvo tus andaduras x los aeropuertos, en eso no te he envidiado nada(es más, yo hubiera acabado llorando!!XD). La casa, auténtica de pelis de miedo, de esas en las q no entiende xq el asesino no rompe una de las mil ventanas en vez de forzar el pomo de la puerta..jeje me encanta!!! Y esas anchas calles en las q disfrutarás de lo lindo yendo a correr x ellas.. ya irás contando tus batallitas estadounidenses q seguro q tendrás para escribir un libro en este gran año q pasarás..hasta entonces nos conformaremos con tu blog, ^^ Un beso gigante!!See you J.. xcierto, ya se te echa de menos chaval!! Mmmmmuak!!

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    1. Gracias, gitanita!!!! Tengo, ufff, mil que contar! Un beso grande, fea!

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  2. Parece más una película de intriga o una novela policiaca que una aventura en Minesota. De todos modos hay que ser muy optimista, dicen los gitanos que "mejor es no tener buenos pricicipios" y como tu eentiendes la legua gitana, la cosa va a irte super bien.
    Bueno, monstruo, que como ves te sigo por todos los canales de las nuevas tecnologías. Un fuerte abraza y ya sabes dónde estamos pá to lo que haga falta.

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  3. From "Tito Manuelo to Kotzopolakis: Un buen escritor empieza soñando con un sobrenombre sonoro, curioso e intrigante como el que utilizas en tu blog. Pero, más importante es el dominio de las técnicas narrativas-descriptivas de la calidad que aparecen en tu primera intervención/aportación. Por otro lado, se nota cierta originalidad en esa impetuosa creatividad. Pues sí, podría ser el principio de tu sueño-deseo de escribir tu primer libro. Contenido no te va a faltar en el midwest americano, en la Tierra de los 10.000 lagos. Animos, Joan. Un abrazo.

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