Los primerísimos días en Estados Unidos dieron mucho de sí. He conocido a mis compañeros en esta aventura, a sus familias, he visitado algunos lugares y, por supuesto, he bebido cerveza.
Uno de mis principales intereses era conocer a mis compañeros (los Amity), aunque con la mayoría ya había hablado por Facebook o guasap antes de llegar aquí. Ellos son Santiago (Costa Rica), Yuliana (Colombia), Lorena (Chile) y Alexandra, Rocío, Irene e Ingrid (España). Todavía está pendiente de llegar Marta, también española. Además, también merece una mención especial Andrés, un chico colombiano que también fue Amity en su día y ahora es una nueva amistad.
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De izq. a der.: Rocío, Ingrid, Alexandra, Yo, Santiago, Lorena y Yuliana. |
Recién llegué a Minnesota, conocí a Santiago y Andrés, con quienes fui de cerveceo esa misma tarde por el West End (aunque tuvimos problemas con las American ID. Véase la foto Feeling like a Mexican del primer post). La familia de Santiago es muy maja: el padre y los dos hijos son aficionados al hockey hielo y me regalaron un stick y un puck para jugarlo. Ahora puedo decir que por fin estoy preparado para practicarlo.
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De aquí a la NHL. |
No obstante, todas las familias son muy majas y dispuestas. Por ejemplo, la familia de Ingrid nos invitó uno de los días a tomar una cerveza en su casa y es posible que otra familia nos invite a ver un partido de los Minnesota Twins de baseball. Otro sitio muy interesante para beber cerveza es
McCoy’s, sitio al que ya he ido dos veces (con el pasaporte encima para poder
beber). Es un local ambientado así más o menos en los ranchos sureños, por lo
que entro cada día con el sombrero, la camisa de cuadros y la ramita de paja en
la boca dispuesto a tener una pelea con botellas rotas y palos de billar a lo
Walker Texas Ranger (no, eso es broma).
Aparte de los bares, hay otros locales para pasar un buen rato con los amigos. Algunos ejemplos son la bolera, donde fuimos invitados por las coordinadoras de Amity a comer unas pizzas. Debo decir que Estados Unidos tiene un serio problema con esto: a cualquier lugar que vas las hay a raudales. Cuando fuimos al banco a abrirnos una cuenta corriente, hicimos un break para comer pizzas y un montón de Coca-Cola (yo no las probé). Supongo que aquí, si se te muere alguien, también te sirven pizza en el tanatorio. No, en serio, esto es de campeonato. Las heladerías también están muy bien. No es un secreto
que cada vez proliferan más los negocios estos de los helados y yogures de
sabores estratosféricos, como tampoco lo es que cada vez que te compras una
tarrina con dos sabores de helado te clavan unos cuatro o cinco euros. Hace
unos días tuve la oportunidad de probar algo nuevo dentro de este sector: una
especie de self-service en el que pagas en relación a lo que comes. Cuando
entras, te reciben con una tabla periódica de los sabores que tienen (aunque no
los tienen todos a la vez, sino que los van modificando cada cierto tiempo) y
te ofrecen dos tarrinas minúsculas para que puedas saborear gratis dos sabores
diferentes. Acto seguido, coges una tarrina grande y te cargas todos los
sabores que quieras y la cantidad que quieras, porque pagarás de acuerdo con el
peso. Cuando te has acabado de servir tu ración de helado, puedes echarte
cualquier tipo de complemento, desde los más normales hasta los más raros,
incluyendo aceite de oliva y pimienta cayena (guindilla). Yo me comí un helado
de coco y almendras con ración de nubes y moras.
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Tabla periódica de los helados. |
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Algunos de los complementos. |
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Más complementos. |
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Otros complementos. Aquí se ve la pimienta cayena (guindilla). |
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Más complementos. |
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Hay incluso complemento de aceite de oliva... |
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El producto final vale entre uno y cinco dólares. |
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Dejando a un lado los lugares de ocio, también hay
cosas interesantes que visitar. El primer día que estuve aquí después de mi
llegada, visité el centro de Minneapolis y su famoso Farmer’s Market, donde se
venden todo tipo de frutas y hortalizas.
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Downtown Minneapolis. |
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El río Mississippi bajo el Stone Bridge. |
Además, también pude gozar del
ambiente que se vive alrededor del lago Calhoun, donde también pasé la tarde
del domingo con algunos Amity. Es espectacular la gente que se ve haciendo deporte en esta ciudad, incluso más que en Barcelona, pues tiene carriles completamente adaptados para ello. Igualmente, es sorprendente el respeto que se tiene por los ciclistas y corredores, pues mientras en Barcelona apenas te dejan siquiera pasar por el paso de peatones, aquí los coches se detienen a 50 metros de que llegues a la carretera. Incluso los autobuses urbanos llevan un espacio especialmente habilitado para colocar tu bicicleta, algo impensable aquí.
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Lago Calhoun. |
Pero no todo ha sido turismo y vacaciones. También nos implicamos en nuestro papel como maestros y tuvimos nuestras primeras reuniones en la escuela con un clima totalmente diferente al vivido en España, pues aquí toda la comunidad educativa es una familia y las relaciones entre todos son excelentes. Tuvimos la oportunidad de llevar a cabo varias dinámicas en las cuales, pese a ser una escuela de inmersión en español, tuvimos que expresarnos en inglés porque hay miembros de la escuela que son minnesotanos nativos, pero todo son buenas oportunidades para mejorar tus habilidades en inglés.
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He aquí la razón de mi viaje: Park Spanish Immersion. Mi escuela. |
Para finalizar este post me gustaría comentar la peculiaridad que comparten algunos topónimos de por aquí: el estado de Minnesota, las ciudades de Minneapolis, Minneiska, Minnetonka y Minnetrista o el barrio de Minnehaha. Minnesota es apodado el estado de los 10,000 lagos por la gran cantidad de lagos que tiene. Minni significa "agua", por lo que no es difícil deducir qué significa Minneapolis.
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Minnehaha Neighborhood. |
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