El
fin de semana del 7 y 8 de septiembre fue apasionante. El sábado fui al lago
Minnetonka a practicar wakeboard y el domingo al Mall of America, uno de los
mayores centros comerciales del mundo.
Realmente, estoy aprovechando al máximo las oportunidades que me brinda este magnífico país porque dentro de poco vendrá el frío polar y será más difícil hacer cosas, aunque para eso existen las actividades y deportes de invierno. Así las cosas, intento hacer cosas nuevas cada día y de lunes a domingo porque mi horario de jornada completa de maestro (de 8:25 a 15:00) me lo permite.
El viernes, como crónica de un excelente fin
de semana anunciado, nos reunimos todos en casa de Santiago para disfrutar de
un partido de fútbol entre Costa Rica y Estados Unidos clasificatorio para el
Mundial de 2014. La victoria de los ticos frente a los estadounidenses les deja
muy cerca de la cita mundialista.
Cena de Amities en casa de Alexandra. |
Costa Rica vs. Estados Unidos. |
El
sábado, después de una larga reunión con otros Amity repartidos por toda
Minnesota, nos dirigimos directos al lago Minnetonka para practicar wakeboard,
un deporte acuático que parece fácil, pero que no lo es. Es un deporte como el
esquí acuático, pero en lugar de utilizar esquís se utiliza una tabla de
snowboard. Tras muchos intentos, conseguí mantenerme en pie sobre la tabla por
cinco segundos. Acto seguido, me empotré contra el agua.
Lancha para el wakeboard. |
No es tan fácil como parece. |
El Minnetonka es un precioso lago con unas vistas y paisajes magníficos situado al oeste de la ciudad de Minneapolis, no muy lejos de ella. Constituido por varios lagos de más reducido tamaño, nosotros estuvimos en la zona que pertenece a la localidad de Wayzata, de tan solamente tres mil habitantes. Tras intentar wakeboard, nadamos un rato en el agua, aunque estaba bastante fría, y a continuación fuimos a cenar un magnífico Hawaiian
Chicken Wrap, un wrap de pollo
con trozos de fresa, piña, naranja, coco, queso y pepinillo. Buenísimo, por
cierto.
Lago Minnetonka (arriba y aquí). |
El domingo, por su parte, fue día de compras y qué mejor lugar para hacerlo que en el Mall of America, el segundo centro comercial más grande de Estados Unidos. Situado en la localidad de Bloomington (83.000 habitantes), es tan grande que incluso cabe dentro un parque de atracciones con montaña rusa incluida. Dentro del centro comercial es fácil que te desorientes; por esta razón, está dividido en cuatro alas (norte, sur, este y oeste) y cada una de sus más de 500 tiendas, restaurantes y servicios tiene un sistema clasificatorio. Por ejemplo, una tienda con el código S3157 significa que está en el ala sur, planta 3, tienda 157. No obstante, aún así es difícil de saber adónde quieres ir.
Parque de atracciones en el Mall of America. |
Solamente entrar, me volví loco. Es decir, reaccioné como el tío que se emociona en el anuncio de Heineken. Y es que soy como una mujer, me gusta ir de compras, disfruto al máximo. Sin embargo, en este centro tienes que ir con la cabeza fría, porque hay un montón de tiendas donde venden ropa que en España es muy cara, pero aquí está tirada de precio. Y además, las ves por todos lados: arriba, abajo, a la izquierda y a la derecha, a través de todo el montón de pasillos que hay, las escaleras que suben y bajan desde y hacia el cielo por todas las plantas, etc. Hay que intentar no despilfarrar el dinero de golpe; total, voy a estar aquí todo un año... Para colmo, me crucé con varias tiendas de deportes con ropa de las grandes ligas de los Estados Unidos. Y es que a mí me encantan las camisetas de equipos de la NHL y de la MLB, las cuales son harto difíciles de conseguir en tiendas físicas de España. Mantuve la cabeza fría, pero no pude evitar comprarme la camiseta de los Minnesota Wild con el dorsal de Zach Parise, su jugador franquicia, a la espalda.
Para acabar, anunciar que el fin de semana del 5 y 6 de octubre iré a un camping al parque natural de Gooseberry
Falls State Park, en el norte de Minnesota, así que supongo que hará un frío de
bastantes narices. Pero tengo muchas ganas de ver ciervos, renos y alces en libertad (¿y por qué no osos?) en libertad.
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